/images/old_page/470602.jpg"text-align:justify">
El Roble Negro es una especie endémica, lo que significa que únicamente existe en Colombia. En el departamento del Huila, se ha establecido que existe la población más grande, distribuida en un área aproximada de 35 mil hectáreas. La historia natural de la especie establece que hace millones de años este tipo de bosques ocupó amplios sectores del planeta, pero a través del tiempo ha ido desapareciendo y quedan algunos bosques aislados en la región andina. Fue descubierto en 1979 en el Parque Nacional Natural Cueva de Los Guacharos y poco tiempo después se encontraron bosques aislados en los departamentos de Valle y Santander.
Riesgos
Los bosques que contienen ésta especie tienen una fuerte presión debido al aprovechamiento de su madera para postes de algunos cultivos como granadilla, maracuyá y pitahaya, que cada día son más expansivos y están afectando visiblemente el hábitat natural del Roble Negro.
Adicionalmente el auge que ha tenido el sector cafetero y otros tipos de cultivos como frutales, han aportado a la disminución del área ocupada por estos bosques. De acuerdo con el Mapa de Uso y Cobertura del Departamento del Huila, realizado por ANP, durante el 2011, en el Huila se deforestaron 8. 626 hectáreas, muchas de éstas donde hace presencia el colombobalanus excelsa.
Para el ingeniero forestal de la Universidad Distrital y magister en Bosques y Conservación Ambiental de la Universidad Nacional, César Augusto Parra Aldana, “aunque existen grandes esfuerzos institucionales para la conservación de los bosques de Roble Negro, a través de la declaratoria de áreas protegidas, muchas zonas no están aseguradas y están expuestas a la transformación de sus robledales en áreas de cultivo”.
“El roble negro, es una de las 614 especies de plantas amenazadas en la región de los Andes de Colombia. Se encuentra en la categoría ‘vulnerable de amenaza’, según los libros rojos de especies amenazadas, lo que significa que enfrenta un riesgo alto de extinción en estado silvestre”, señaló el profesional quien actualmente adelanta estudios sobre esta planta nativa en el PNN Cueva de los Guacharos.
De acuerdo con lo expresado por Parra Aldana, el problema es particularmente grave, si se considera que la especie tiene un altísimo índice de valor ecológico en los bosques que conforma, pues la especie domina la estructura del bosque.
¿Qué se está haciendo?
En el año 2010 la CAM en convenio con la Universidad Nacional formuló el Plan de Manejo para la especie, en el cual se establecieron cinco líneas estratégicas que incluyen: investigación y monitoreo, educación, promoción de sistemas sostenibles para la conservación e interacción institucional.
En este sentido, se ha avanzado en procesos de investigación de la dinámica del bosque (producción de hojarasca, crecimiento y recuperación del área natural). A nivel de áreas protegidas, la especie es considerada objeto de conservación del Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos y algunos fragmentos de bosque se encuentran protegidos por el Parque Regional Corredor Biológico y los Parques Municipales de Acevedo y Timaná.
“De igual forma, algunas áreas adquiridas por los municipios para la conservación de fuentes hídricas, favorecen su protección; más el valioso aporte de la comunidad que maneja sus predios bajo el concepto de Reservas de la Sociedad Civil y que hacen del roble una especie protegida”, manifestó Rey Ariel Borbón Ardila, director general de la CAM.
El pasado fin de semana, un grupo de 62 promotores ambientales y representantes de ONG ambientales del Huila participaron de un encuentro en el PNN Cueva de Los Guacharos, en donde el tema central fue la necesidad de impulsar proceso de sensibilización para la conservación del Roble Negro. La actividad estuvo enmarcada dentro del convenio de ‘Seguimiento a la Política de Educación Ambiental’ firmado entre la CAM, Ecopetrol y la Fundación del Alto Magdalena.